Las personas que trabajan a diario con las manos dependen del buen estado de su piel. La piel dañada y agrietada no sólo afecta a la salud cutánea de sus trabajadores, sino que puede tener un impacto perjudicial en la productividad laboral. A medida que se acercan los meses de invierno, también lo hacen las temperaturas más frías y los días más ventosos. Un programa sólido de cuidado de la piel basado en las mejores prácticas y en la investigación científica, puede ayudar a los trabajadores a mantener la piel en buen estado durante todo el año, creando un mejor entorno de trabajo para todos.